El triunfo de Santana en Wimbledon

Manolo Santana se convertía el 1 de julio de 1966 en el primer tenista español que lograba hacerse con el título de Wimbledon.

El deporte español de mitad de siglo seguía sin ser relevante a nivel internacional y únicamente brillaban puntuales excepciones de la talla de Federico Martín Bahamontes, Guillermo Timoner o el malogrado Joaquín Blume.
Sin embargo, el tenis se había acostumbrado a importantes triunfos gracias a la figura de Manolo Santana. El tenista madrileño ya había acaparado la atención de los aficionados en varias ocasiones gracias a las victorias en Roland Garros en 1961 y 1964 y en el US Open en 1965 y a haber contribuido de manera decisiva a la primera clasificación de España para la final de la Copa Davis ese mismo año, lo que se tradujo en el aumento de la popularidad de este deporte en España.

Pero la gran ilusión de Santana era encumbrarse en el Old England Tennis Club como uno de los grandes jugadores del mundo y, para ello, debía adaptarse a las peculiaridades del juego sobre hierba, pues, en aquella época, tres de los cuatro Grand Slam se disputaban sobre esta superficie y únicamente Roland Garros utilizaba la tierra batida.
En este contexto, Manolo Santana decidió llevar a cabo una preparación específica en hierba para preparar su asalto a Wimbledon, un torneo en el que no había podido destacar de manera notable y que únicamente contaba con las semifinales de 1963, cuando cayó derrotado ante el australiano Fred Stolle, como su mejor resultado.

Tras la renuncia a participar en Roland Garros en 1965 y 1966, Santana marcó su preparación las dos semanas previas a Wimbledon con la disputa en tierras inglesas de dos torneos sobre hierba, el de Kent y el de Queen’s, donde fue eliminado en octavos y cuartos de final respectivamente.

La mejor raqueta española del momento arrancó Wimbledon como cuarto cabeza de serie, solo por detrás de los australianos Roy Emerson, Tony Roche y Fred Stolle, acompañado por Luis Arilla como únicos representantes españoles.

En su debut, Santana se enfrentó al japonés Isao Watanabe, que dificultó al español más de lo que cabía esperar, derrotándole en el primer set por 7-5. Sin embargo, el rendimiento del jugador asiático bajó notablemente en la segunda manga mermado físicamente por una lesión que no le dejaría finalizar el partido y que le obligaría a abandonar cuando Santana dominaba por 3-0 el segundo parcial. El vigente campeón del US Open explicó tras la retirada de Watanabe que aún sufría molestias en el hombro derecho que se lesionó en la eliminatoria de la Copa Davis entre España y Brasil del pasado mes de mayo que le impidieron alcanzar a su mejor nivel ante el japonés.

Los siguientes partidos de Santana no presentarían tantas dificultades para el español, que se acercaba sin excesivos problemas a las rondas decisivas del torneo. En segunda ronda, Santana se desharía del canadiense Mike Belkin cediendo tan solo tres juegos, mientras que en dieciseisavos de final se vio las caras con el estadounidense Marty Riessen, al que derrotó por 6-3, 6-2 y 10-8.
El partido de octavos de final también se decantaría del lado de Santana por una lesión de su contrincante, en este caso el inglés Bobby Wilson. En un lance del juego al inicio del partido, Wilson se lesionó en su rodilla derecha perjudicado por el estado de la pista debido a la lluvia que había caído sobre Londres y, aunque el partido continuó, quedó muy favorable para Santana ante un adversario visiblemente afectado físicamente y que, pese al parón que provocó la lluvia, tuvo finalmente que abandonar cuando el marcador reflejaba 6-3, 6-2 y 2-1.

El camino de Santana hacia su primer Wimbledon comenzó a complicarse a partir de cuartos de final, donde se encontró con el australiano Ken Fletcher como rival, que había eliminado en la tercera ronda a John Newcombe, el quinto favorito. El partido fue muy disputado, con muchas alternativas en el marcador, pero fue el español quien estuvo más acertado en los momentos claves y, salvando un 5-4 y servicio de Fletcher en el quinto set, se llevó el partido por 6-2, 3-6, 8-6, 4-6 y 7-5, igualando su mejor resultado hasta ese momento en el torneo londinense.

Sorprendentemente, su rival en semifinales no fue el número uno del mundo y ganador de las dos últimas ediciones, Roy Emerson, sino que tendría que enfrentarse por un puesto en la final a Owen Davidson, que había derrotado en cuartos de final a su compatriota después de que este sufriera una caída durante el partido que le provocó una lesión en el hombro izquierdo que, pese a que no le impidió terminar el encuentro, le limitó mucho físicamente y le condenó a la derrota.
Así las cosas, el camino de Santana se despejaba y evitaba enfrentarse al gran favorito al título antes de iniciarse la competición, aunque Davidson, de 22 años de edad y que no partía entre los cabezas de serie, también sería un duro rival, avalado por sus victorias ante Emerson y Clark Graebner, octavo favorito.
El partido de semifinales tuvo un guion similar al de cuartos de final con Santana imponiéndose en el primer y el tercer set y Davidson anotándose el segundo y el cuarto para llevar el encuentro a la definitiva quinta manga. Fue entonces cuando el español sacó su mejor tenis y firmó un 5-1 que parecía que sentenciaba su pase a la final, sin embargo, la reacción de Davidson fue digna de alabar y logró igualar el choque de nuevo hasta el 5-5, levantando hasta tres pelotas de partido. Lejos de caer en el desánimo por el desarrollo del quinto set, Santana supo sobreponerse y se llevó los dos siguientes juegos para cerrar el último parcial por 7-5 y sellar su clasificación para la final.

Su rival en la final fue Dennis Ralston, el hombre que impidió con su victoria en semifinales ante Cliff Drysdale que se reeditara la final del último US Open que se saldó con la victoria de Santana. A pesar de que el español era el claro favorito al título, no había que desprestigiar la figura del estadounidense, que había derrotado recientemente a Santana en el torneo de Queen’s, la única vez que ambos jugadores se habían visto las caras sobre hierba, aunque el madrileño se había impuesto en sus cuatro enfrentamientos anteriores.
El inicio del partido estuvo marcado por la igualdad y Santana y Ralston mantuvieron su servicio hasta que el español consolidó el único break del primer set en el noveno juego para hacerse con la primera manga por 6-4.
La reacción del jugador californiano no se hizo esperar y consiguió un parcial de 4-1 en el inicio del segundo set que, no obstante, Santana supo enjugar para igualar el marcador y llevar el partido a la misma tónica del primer parcial, reteniendo ambos tenistas los servicios hasta que Santana encadenó tres juegos consecutivos que cerraban el set más largo del encuentro con un 11-9.
La primera victoria de un español en Wimbledon parecía estar muy cerca y Santana la acercó aún más cuando rompió el saque de su adversario en el cuarto juego del tercer set, con lo que únicamente tuvo que conservar su servicio para cerrar el partido con un 6-4 y proclamarse campeón.

Santana cumplía su gran sueño y superaba así las gestas de Manuel Alonso en Wimbledon en 1921 y de la gran Lilí Álvarez, finalista en las ediciones de 1926, 1927 y 1928, y marcaba el hito más importante del deporte español en aquel momento.

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