Esta semana el olimpismo español ha perdido al deportista olímpico más veterano que continuaba vivo. Se trata del esquiador Pepe Arias, que fallecía en su localidad natal de Cercedilla a la edad de 92 años.
El esquiador madrileño se había convertido en el decano de los deportistas españoles el 18 agosto de 2014 cuando el jugador catalán de hockey hierba Ricard Cabot moría a los 97 años.
Pepe Arias nacía el 27 de agosto de 1922 en el seno de una familia que ha estado estrechamente vinculada al mundo del esquí. Su padre, Eleuterio, fue un gran aficionado al deporte de la nieve y uno de sus principales promotores en la Sierra de Guadarrama, donde ejerció de guía y de conserje del albergue de la Sociedad Peñalara en Navacerrada. Por su parte, sus dos hermanos, Miguel y Luis fueron destacados esquiadores con importates triunfos en el ámbito nacional. Además, Luis Arias es reconocido en el mundo del esquí por ser el fundador de una de las estaciones invernales más populares del país, la de Baqueira.
La carrera deportiva de Pepe Arias también estuvo plagada de éxitos y llegó a ser considerado como el esquiador más completo de su época, no en vano, fue campeón de España en todas las modalidades. La gran labor llevada a cabo por el madrileño le abrió las puertas de los Juegos Olímpicos. En la cita invernal de Saint Moritz, Pepe Arias no solo formó parte del equipo olímpico español, sino que fue el abanderado en el desfile inaugural. En la estación suiza, el esquiador español compitió tanto en descenso como en la combinada y en el slalom, aunque sus resultados fueron bastantes discretos, siendo su mejor resultado el 45º puesto obtenido en la prueba del slalom.
La participación olímpica de la saga de los Arias tuvo su continuidad con la participación de Luis en los Juegos de Cortina D’Ampezzo en 1956 y de Squaw Valley en 1960.
Tras retirarse del esquí de competición, Pepe Arias centró sus esfuerzos en el desarrollo del esquí en la estación de Navacerrada, donde fundó el Club de Esquí Siete Picos, asistía a esquiadores y montañeros, regentó la venta Arias e, incluso, facilitaba partes meteorológicos. Por sus manos pasaron grandes esquiadores como Paco Fernández Ochoa y hasta fue instructor de Don Juan Carlos de Borbón en el año 1948 cuando el Rey apenas sobrepasaba los 10 años. Tal fue la dedicación de Arias que un telesilla fue bautizado con su nombre en la estación de Valdesquí.
La muerte de Pepe Arias deja a otro esquiador que estuvo presente en Saint Moritz, el español de origen checo Thomas Morawitz, el honor de convertirse a sus 92 años en el decano de los olímpicos nacionales.