Tras la disputa de las dos primeras ediciones en 1935 y 1936 con la victoria del belga Gustaaf Deloor, la Vuelta Ciclista a España sufrió un parón de varios años debido a la Guerra Civil.
Apenas concluido el conflicto bélico, el periódico Informaciones, medio que impulsó la creación de la carrera, comenzó a trabajar en 1939 para la organización de la edición de 1940.
Ya a principios de 1940, se hacía oficial el comienzo de la ronda española el 4 de junio y, durante las siguientes semanas, se fueron dando a conocer más detalles sobre el desarrollo de la prueba, que recorrería 4.200 kilómetros divididos en 23 etapas que tendrían Madrid como punto de salida y llegada y que contaría con la presencia de 30 corredores nacionales y 20 extranjeros que se repartirían cerca de 70.000 pesetas en premios.
Aunque las gestiones para la organización de la carrera estaban muy avanzadas, Informaciones decidió en mayo el aplazamiento de la Vuelta hasta el mes de septiembre aunque, debido al desarrollo de la II Guerra Mundial que impedía la participación de los ciclistas foráneos, finalmente tuvo que renunciar a la disputa de la edición de 1940 tal y como sucedió con el Tour de Francia.
A pesar de que la contienda se extendería en el tiempo varios años, no hubo que esperar tanto tiempo para la celebración de la tercera edición de la Vuelta a España.
De nuevo el diario Informaciones se puso a trabajar en la recuperación de la prueba ciclista, aunque esta vez tuvo el apoyo del gobierno franquista que, a través de la Obra Sindical Educación y Descanso, colaboró en la organización de una carrera que veía como una excelente oportunidad de promoción.
El itinerario de la Vuelta estuvo compuesto por más de 4.400 kilómetros divididos en 22 etapas que se desarrollarían entre el 12 de junio y el 6 de julio y que traían como principal novedad la disputa de la primera contrarreloj en la historia de la prueba que se disputó entre Gijón y Oviedo con un trazado de 53 km.
En lo referente a los premios, se repartieron alrededor de 85.000 pesetas, con 10.000, 9.000 y 8.000 pesetas para los tres primeros clasificados en la general; 3.000 pesetas para el vencedor de la montaña y 125 pesetas para el ganador de cada etapa como recompensas principales.
Con motivo de la II Guerra Mundial, la participación en la Vuelta de 1941 fue eminentemente española, con la salvedad de cuatro ciclistas suizos (Hebel, Saladino, Vaucher y Beatuser), cuyo país se había declarado neutral, ya que, aunque los equipos belga y francés se habían inscrito en la carrera, en los que destacaban nombres como los de Lucien Vlaemynck, tercero en el Tour de 1939, o René Vietto, segundo en el Tour de ese mismo año y rey de la montaña en el de 1934, finalmente no viajaron a Madrid para tomar la salida.
Entre los corredores inscritos destacó en un principio la lucha entre los ciclistas del RCD Español y los del FC Barcelona, aunque la baja a última hora del barcelonista Mariano Cañardo, uno de los mejores ciclistas españoles de la época por desavenencias con la organización, mermó considerablemente las posibilidades de su equipo. Así, el dominio del Español con Julián Berrendero, Fermín Trueba y Delio Rodríguez a la cabeza no tuvo ninguna discusión.
La carrera estuvo marcada desde el inicio por el calor sofocante, que causó numerosos abandonos (tan solo 16 hombres finalizaron la prueba), y las averías mecánicas y los pinchazos que hacían perder mucho tiempo a los damnificados en una época en la que los propios ciclistas debían repararse sus bicicletas.
Tras el banderazo de salida en Madrid en la sede de la Delegación Nacional de Sindicatos, el primero en golpear fue Julián Berrendero, que se llevó el primer maillot de líder tras imponerse en solitario en la primera etapa con final en Salamanca con un ataque en los últimos metros. No obstante, no le duraría mucho el liderato al ciclista madrileño, ya que lo cedió en la segunda etapa en Cáceres ante Delio Rodríguez, que lograría retener el jersey blanco en la siguiente etapa, en la que consiguió la primera de sus doce victorias en aquella edición.
El relevo de Delio Rodríguez al frente de la clasificación general lo tomó Fermín Trueba en Málaga con una ventaja de cinco segundos sobre Federico Ezquerra y Escuriet y trece sobre Berrendero.
A pesar de la escasa ventaja, Trueba se mantuvo en cabeza de la general durante doce etapas, incluso logró imponerse en dos de ellas, la octava que llegaba a Tarragona y la decimocuarta con final en Santander.
El panorama de Fermín Trueba se aclaró un poco más tras la décima etapa en Zaragoza donde una indisposición de Ezquerra le hizo perder veinte minutos que dejaban a Trueba líder con una diferencia de 1 minuto y 15 segundos sobre Jabardo y 1:41 sobre Berrendero, al que un pinchazo en la sexta le hizo perder algunos segundos respecto al líder, lo mismo que le sucedió a Escuriet, que quedó a más de cinco minutos de Trueba.
Pero lo mejor para Fermín Trueba estaba por llegar con su gran exhibición en la etapa reina que se disputó entre Bilbao y Santander.
En un recorrido en el que había que superar tres dificultades montañosas, el corredor cántabro se destacó de sus rivales en la primera ascensión del día en el puerto de Asón, que coronó con una ventaja de 38 segundos sobre sus perseguidores, un margen que aumentaría hasta los 2:30 minutos en el puerto de Sia, aunque la mayor renta la adquirió en el último puerto donde registró una diferencia de 8:40 sobre Delia, Ezquerra, Jabardo y Berrendero, muy penalizado por los pinchazos que sufrió durante toda la etapa sin los que podría haber acompañado al vencedor de la etapa en su aventura en solitario. No obstante, en la bajada de cerca de 40 kilómetros hacia Santander, Berrendero lanzó su grupo buscando reducir diferencias con Trueba para llegar a la capital cántabra con poco más de dos minutos de pérdida respecto al líder de la general.
Muy poco le duró la alegría de su gran etapa a Trueba, que en las dos etapas que se disputaron al día siguiente cedió el liderato a Berrendero. En el primer sector del día entre Santander y Gijón, los dos claros favoritos a la victoria final en Madrid entraron juntos en la línea de meta. Las diferencias y el vuelco en la clasificación llegarían tras la disputa de la primera contrarreloj individual en la historia de la Vuelta.
Berrendero, más apto para la lucha contra el crono que su rival, aventajó en más de tres minutos a Trueba, perjudicado por un pinchazo, en una etapa de 53 kilómetros en la que se impuso Delio Rodríguez, por lo que el jersey de líder pasaba a hombros de Berrendero por la escasa diferencia de 36 segundos.
Aún quedaban seis etapas para la conclusión de la Vuelta, pero las sensaciones de los últimos días dejaban a Berrendero como claro favorito a la victoria final ya que, además, ambos corredores militaban en las filas del Español.
Las siguientes cuatro etapas fueron un calco y todas se dirimieron con llegada al sprint y con la victoria de Delio Rodríguez, que cerraba el cupo de sus doce victorias parciales. Tal fue la monotonía de esos días que la organización decidió castigar a los corredores por falta de combatividad con la retención de los premios en la llegada a Verín.
Así las cosas, parecía muy difícil que nadie pudiera superar a Berrendero. Sin embargo, el ciclista madrileño no quiso dejarse sorprender y dio el golpe casi definitivo a su primera victoria en la Vuelta imponiéndose en la línea de meta pucelana. Con un ataque a falta de cinco kilómetros para el final, algo parecido a lo que hizo en la apertura de la Vuelta en Salamanca, Berrendero logró escaparse del pelotón, cobrándose una ventaja de treinta segundos más en la general.
La última etapa sirvió para corroborar el éxito del RCD Español durante toda la competición y Fermín Trueba fue el primero en coronar el Alto de Navacerrada para asegurar el primer puesto en el Permio de la Montaña, mientras que Julián Berrendero cruzaba la última línea de meta en el Estadio Metropolitano sin ningún sobresalto con 1:07 minutos de ventaja sobre Trueba en la general para encumbrarse como el primer español que se imponía en la Vuelta Ciclista a España, triunfo que revalidaría al año siguiente antes de un nuevo parón de dos años en la disputa de la carrera.