La Vuelta a España de 1977 estuvo marcada por la extraordinaria actuación del ciclista belga Freddy Maertens, que dominó la prueba con una superioridad incontestable.
Con la intención de atraer la atención de Maertens, los organizadores de La Vuelta diseñaron un itinerario marcado por las etapas llanas y apenas montaña y con una sensible reducción del kilometraje. Además, se estableció un sistema de bonificaciones que repartía más de 6 minutos en los diferentes finales de etapa y metas volantes.
Todas estas características de la ronda española favorecían a Maertens, uno de los ciclistas del momento, que había firmado importantes triunfos el año anterior, destacando las ocho etapas y la clasificación de la regularidad en el Tour de Francia, además de la octava posición en la general, y el Campeonato del Mundo en Ruta, y que en los primeros meses de competición ya había dado muestras de su estado de forma con sus cinco victorias de etapa y la general de la París-Niza y las 4 etapas y la general de la Semana Catalana.
Junto a Freddy Maertens, los principales nombres de la Vuelta eran los de su compañero de equipo Michel Pollentier; Pesarrodona, que defendía su victoria del año anterior; Agostinho y Luis Ocaña, que en la recta final de su carrera decidía postreramente acudir a la que sería su última participación en esta carrera. Sin embargo, nadie parecía poner en duda el claro favoritismo del corredor belga, que solo levantaba la sospecha de si competiría en plenitud de condiciones o se tomaría la Vuelta como preparación para pruebas posteriores como el Giro o el Tour.
La Vuelta arrancaría el 26 de abril en la costa alicantina, aunque una huelga del personal de Iberia en el Aeropuerto de Barajas estuvo cerca de causar un aplazamiento, pero finalmente la organización puso los medios necesarios para solventar el problema.
Así pues, La Vuelta se iniciaba con una etapa prólogo de 8 kilómetros contrarreloj en la que se impuso Maertens con 15 segundos de ventaja sobre Pollentier y 22 sobre Miguel María Lasa, mientras que Ocaña se dejaba casi un minuto.
El ciclista belga se enfundaba el primer maillot de líder, que en aquella edición fue de color naranja como consecuencia del patrocinio de la Empresa Nacional Butano, y ya no lo dejaría hasta el final.
La primera semana de competición estaba compuesta por etapas prácticamente llanas, lo que aprovechó Maertens para ampliar su diferencia en la clasificación general gracias a las bonificaciones. Entre la primera etapa en línea y la novena con meta Salou, el ciclista belga únicamente dejó escapar dos victorias parciales, una en la llegada a Benidorm, donde se impuso Fedor Den Hertog, y otra en la contrarreloj disputada también en la localidad alicantina, que tuvo a Pollentier como vencedor tras la caída sufrida por Maertens que le impidió luchar por el triunfo
Cubierto prácticamente la mitad del recorrido, Maertens era líder con una ventaja de 1 minuto y 10 segundos sobre Lasa y 1:55 sobre González Linares y habiéndose adjudicado ocho de las diez primeras etapas disputadas incluyendo el prólogo.
Con la llegada a Cataluña, el dominio de Maertens no se vio mermado y, pese a que fue sorprendido por Cees Priem en el circuito de Montjuich, que se adaptaba perfectamente a las características del belga, el campeón del mundo salió de Barcelona con dos nuevos triunfos en una etapa dividida en dos sectores, una contrarreloj de apenas 4 kilómetros y un nuevo recorrido por Montjuich.
Sin embargo, no todo era buenas noticias para Maertens, pues desde Bélgica se daba a conocer una acusación de dopaje que afectaba al líder de La Vuelta junto a otros corredores como Eddie Merckx que le ocasionaría un mes de suspensión. Años después terminaría admitiendo que utilizó anfetaminas durante su vida deportiva al igual que otros muchos profesionales.
La carrera, no obstante, continuaba y el pelotón afrontaba la primera gran prueba de montaña con cinco puertos y la ascensión final a la ermita de Santa María de la Tossa.
Se esperaba que esta fuera la etapa en la que Maertens pasara dificultades, pero el desarrollo de la jornada fue bastante decepcionante de cara a plantar batalla al belga.
El pundonor de Luis Ocaña le hizo ser uno de los protagonistas del día realizando un ataque lejano, pero su amplia desventaja en la general no suponía un gran problema para el líder. Así pues, Maertens se dedicó a controlar a los rivales más próximos en la clasificación y entró en meta junto a ellos en sexta posición cediendo algo más de dos minutos respecto al vencedor de la etapa, el italiano Perletto.
Maertens volvería a la senda del éxito con el triunfo en Seo de Urgel, donde se hizo con su 11ª etapa, quedándose a tan solo una victoria del record que estableció Delio Rodríguez en 1941 como el ciclista con el mayor número etapas conseguidas en una misma edición de La Vuelta.
Habría que esperar hasta la 14ª etapa para ver el primer triunfo de un español en aquella Vuelta. Y es que el férreo control que se habían realizado mutuamente los dos principales equipos españoles, Kas y Teka, había impedido brillar a los ciclistas nacionales y beneficiado a Maertens.
Fue el segoviano Carlos Melero quien dio la primera alegría al ciclismo español al imponerse al también español Ismael Lejarreta con la aprobación del equipo del líder al que los dos escapados no le suponían ningún peligro.
El regreso de la montaña con el final de etapa en Formigal, donde volvió a ganar un ciclista español, Pedro Torres, fue muy similar a la etapa vivida en Santa María de la Tossa. Los principales ataques se produjeron a unos cinco kilómetros de la línea de meta y no solo no sirvieron para inquietar a Maertens, sino que el ciclista belga aprovechó para sacar más ventaja a Luis María Lasa, su principal rival de cara al triunfo final.
La localidad navarra de Cordovilla sería testigo de la victoria de Maertens que le igualaba a Delio Rodríguez. La etapa fue controlada en todo momento por el equipo del líder que aprovechó la ocasión para entrar en la historia de La Vuelta.
Con la general prácticamente decidida y el estado de forma de Maertens, únicamente faltaba por saber cuál sería el número de etapas que finalmente se adjudicaría el belga en aquella edición.
Maertens no podría mejorar el record de victorias parciales en el paso de la ronda ciclista por el País Vasco, pues Luis Alberto Ordiales se impondría en Bilbao y José Nazabal lo haría en Urkiola, dejando la participación en española en cuatro victorias de etapa.
La última etapa de montaña estuvo marcada por la actuación de Ocaña, que atacó muy cerca de la salida y fue alcanzado a escasos kilómetros de la ascensión final a Urquiola como consecuencia de una avería mecánica. Maertens, por su parte, no vio peligrar su liderato y apenas cedió tiempo.
En estos días finales de la carrera se planteaba la posibilidad de cambiar el diseño de la última etapa que debía finalizar en San Sebastián debido a las huelgas y protestas ciudadanas que se vivían aquellos días en las provincias vascas en apoyo a la amnistía de presos políticos.
Así pues, la última etapa entre Durango y San Sebastián, que contaba además con un segundo sector con una contrarreloj de 31,7 kilómetros, fue modificada y, tras estudiarse distintas posibilidades como Burgos, Santander o Torrelavega, finalmente terminaría en Miranda de Ebro.
La localidad burgalesa ponía el punto y final a La Vuelta 1977 tal y como empezó, con un triunfo de Freddy Maertens que le otorgaba en solitario el record de ciclista con más victorias de etapa en una sola edición.
Maertens se imponía en Miranda y cerraba su triunfo en la Vuelta con una ventaja de 2:51 minutos sobre Lasa, 13 victorias de etapa, la clasificación de la regularidad y las metas volantes.