Ni Manolo Santana ni Arantxa Sánchez Vicario ni Rafa Nadal. La primera victoria del tenis español en el torneo parisino de Roland Garros corresponde a Lilí Álvarez, que se llevó el triunfo en el dobles femenino del año 1929 formando pareja con la neerlandesa Kornelia Bouman.
La vida deportiva de Lilí Álvarez se encuadra dentro del primer tercio del siglo XX, cuando el deporte español en general y el femenino en particular estaban muy poco desarrollados, por lo que se la podría considerar como la gran pionera nacional.
La española nacida en Roma practicó exitosamente varios deportes a lo largo de su vida como el patinaje o el esquí, aunque es el tenis la disciplina por la que se ha ganado mayores reconocimientos.
La práctica del tenis permitió a Lilí Álvarez abrir algunas puertas para el deporte femenino español ya que, por ejemplo, en 1924 en París, se convirtió junto a Rosa Torras en la primera mujer española en competir en unos Juegos Olímpicos.
Años después, Lilí Álvarez sería la primera tenista española en pisar una final en Wimbledon en 1926 (en categoría masculina solo lo había conseguido Manuel Alonso), aunque caería derrotada ante la británica Kitty Godfree. La española repetiría presencia en la final en los dos años siguientes, pero en ninguna de ellas pudo hacerse con el título al caer ante la estadounidense Helen Wills.
A pesar de no conquistar Wimbledon, el mérito de Lilí Álvarez en la Catedral del tenis tomó más importancia con el paso de los años, pues hubo que esperar casi setenta años para volver a ver a una tenista española en la final.
En tierras parisinas, en un torneo que no tenía la relevancia que adquirió con el paso del tiempo, Lilí Álvarez también marcó algunos hitos importantes para el tenis femenino nacional.
Lilí Álvarez fue una de las tres tenistas españolas que estuvo presente en la primera edición del Roland Garros en 1925, junto a Isabel Fonrodona y Rosenbaum. Las tres españolas caerían en segunda ronda, aunque Rosenbaum sería la única que lograría una victoria, puesto que tanto Álvarez como Fonrodona estuvieron exentas de la primera eliminatoria.
Dos años más tarde, tal y como hizo en Wimbledon, Lilí Álvarez fue la primera tenista nacional en acceder a una final en Roland Garros (en esta ocasión ningún hombre lo había conseguido). Lo hizo junto al gran jugador estadounidense Bill Tilden en la competición de dobles mixtos. Lilí Álvarez era una de las mejores tenistas del momento, de hecho, partía como segunda cabeza de serie en el cuadro individual de ese 1927, aunque terminaría cayendo en cuartos de final; mientras que Bill Tilden ya había conseguido dos victorias individuales en Wimbledon y seis en el US Open, por lo que era una de las parejas favoritas a la victoria.
El dúo hispano-estadounidense fue avanzando rondas hasta plantarse en la final contra la pareja francesa compuesta por Marguerite Broquedis y Jean Borotra. En un reñidoo partido, Broquedis y Borotra se imponían a Álvarez y Tilden por 6-4, 2-6 y 6-2.
La gloria esperaría a Lilí Álvarez dos años más. En 1929, la española formó pareja con la neerlandesa Kornelia Bouman, que había conseguido la victoria individual de Roland Garros de 1927.
Las dos jugadoras superarían las primeras rondas del cuadro sin demasiados problemas hasta plantarse en los cuartos de final, donde se verían las caras con una de las favoritas al título, las estadounidenses Helen Wills y Edith Cross. Lilí Álvarez tomaría cumplida venganza de Wills, que la había derrotado en las dos últimas finales de Wimbledon que disputó, tras imponerse por 8-6 y 6-4.
En semifinales, la pareja hispano-neerlandesa tenía como rival al dúo británico compuesto por Eileen Bennett y Phoebe Watson, que defendía el título logrado el año anterior. En un encuentro que necesitó del tercer set, Álvarez y Bouman se imponían por 6-3, 2-6 y 6-3 para acceder a su primera final.
Con el mismo buen juego con el que habían llegado a la final, eliminando a las estadounidenses y a las británicas, Lilí Álvarez y Kornelia Bouman lograron superar a las sudafricanas Bobbie Heine y Ethel Neave por 7-5 y 6-3 para hacerse con el título de dobles.
Lilí Álvarez, que ese año no participó en el cuadro individual, dio al tenis español su primer título en Roland Garros, algo que no se volvería a repetir hasta la victoria de Manolo Santana en 1961.
A pesar de que Lilí Álvarez no pudo brillar a nivel individual en el torneo francés, después de que consiguiera cuatro semifinales como mejor resultado, la española demostró su calidad en las competiciones de dobles para marcar un nuevo hito para el deporte y el tenis español, evidenciando una vez más la importancia de su figura en la historia de nuestro deporte.
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